¿ES DISCRIMINATORIO EL DISCURSO FEMINISTA CONTEMPORÁNEO

SOBRE LA "ÉTICA DEL CUIDADO"?
Café Filosófico No. 150

07 de julio del 2001
Carmen Zavala

 

Se ha puesto de moda sobre todo en el mundo académico hablar de la "Ética del cuidado" como una suerte de posición novedosa con respecto al problema de la desigualdad de condiciones y oportunidades de la mujer en la sociedad

La ideóloga de esta insólita posición se llama Carol Gilligan. (La moral y la teoría. Psicología del desarrollo femenino. Fondo de Cultura Económica. México. 1985. respuesta en "In an Different Voice" : An Interdisciplinary Forum. Signs, Invierno 1986) y basa su posición en el supuesto de que lo que llamamos justicia es en realidad una idea "masculina", que no se le hubiera ocurrido a una mujer, porque las mujeres vemos el mundo desde otra perspectiva: desde la "ética del cuidado".

Caracterización de la ética de la justicia y la ética del cuidado.

"Ética de la justicia"
(según la teoría pseudofeminista de la "Etica del cuidado" la ética universal fue creada por los hombres "masculinos")
"Ética del cuidado" : 
modo de pensar de las mujeres 

Se basa en la aplicación de principios morales abstractos. Es importante la imparcialidad, mirar al otro como un otro genérico prescindiendo de sus particularidades como individuo (ser objetivos). Por estas características, todas las personas si razonan bien deberían coincidir en la solución de un problema moral 

Se caracteriza por un juicio más contextual. Hay una tendencia a adoptar el punto de vista del "otro particular", con sus peculiaridades, a la intervención de los sentimientos, la preocupación por los detalles concretos de la situación a juzgar. Como se tiene en cuenta el contexto, no todos han de coincidir en la solución del problema moral. Se favorece el juicio subjetivo

Se basa en el respeto de los derechos formales de los demás, en beneficio de los derechos de uno mismo. El bien de la sociedad favorece al bien del individuo. Sería, además y en ese contexto,  el derecho de un ser humano a hacer lo que desee para realizarse, sin afectar los derechos de los demás. 

Se basa en la responsabilidad por los demás con los que tenemos contacto directo. Eso supone una preocupación por la posibilidad de omisión, de no ayudar a personas cuando podríamos hacerlo. No se trata solo de contener la agresión, la falta de respuesta, no actuar cuando habría que hacerlo, es también un problema. 
Es ayudar en la inmediatez a las pocas personas a las que podemos ayudar, sin una perspectiva global de resolver los problemas de injusticia.

Para esta ética es necesario partir de las personas como separadas, independientes. Supone una concepción del individuo como no fatalmente determinado por a las relaciones sociales. 

Se basa en la comprensión del mundo como una red de relaciones en las que se inserta el Yo. De ahí surge un reconocimiento de las responsabilidades hacia los demás. Esto quiere decir que las mujeres analizarían sus propias experiencias sentimentales y subjetivas y las proyectarían a las demás personas. Por eso querrían ayudar a los demás, no por principios racionales de justicia.

Según esta teoría las mujeres son más cuidadoras de los demás, mas dulces y más buenas. En vez de negar estas características nos dicen estas feministas, habría que realzar estas características positivas que los hombres deberían aprender de las mujeres.

Obviamente este discurso se basa en una serie de estereotipos y asume que el resultado de la relegación histórica de la mujer es en realidad la expresión de su esencia. Esta posición no se diferencia mayormente de la de Aristóteles que pensaba que las mujeres y los esclavos eran propiedad del amo al que debían respeto por su propio bien.  El detalle estaría en que estas feministas postularían que el amo debería aprender de la sumisión y "abnegación" de sus mujeres y esclavos.

Por supuesto no todas las pensadoras contemporáneas aceptan estas falacias. Tenemos que por ejemplo Martha Nussbaum y Onora O´Neill critican este relativismo ético en el sentido de que "todo relativismo tiende a prejuiciar la posición de los débiles, cuya debilidad se refleja y está constituida en parte por su marginación en las formas de pensamiento que reciben y por su subordinación y opresión en los órdenes establecidos" [i]  . En otras palabras, esta ética relativista no beneficia a las mujeres sino que refuerza la idea de que son subjetivas y cortas de entendimiento, por naturaleza, y no porque haya sido sumida a esta situación, ya sea por el convencimiento o por la violencia, por la sociedad dominante en general y por las personas que supuestamente la quieren en particular. En otras palabras en realidad el problema de las dificultades a las que tienen que hacer las mujeres no es más que un caso particular del de todo tipo de grupos marginados, tales como los discriminados raciales o los explotados en general.

Esta situación no es entendida, por gran parte de los sectores supuestamente progresistas en nuestros países. (Aunque como la crisis es mundial, el discurso de la "ética del cuidado" ha logrado "pegar" en importantes sectores de los países desarrollados, lo que ha servido para que "nos igualemos" en la capacidad de ser alienados).

Tenemos todavía en nuestro país que a las organizaciones políticas femeninas, las centrales partidarias les atribuyen la tarea de ocuparse del cuidado de los niños y/o de los "comedores populares". ¿Por qué el cuidado de los niños sería un problema "de las mujeres"? ¿Por que estas organizaciones políticas y sociales no crean organizaciones para sus niños, donde hombres y mujeres se dediquen a cuidar de los chicos? Las mujeres por su parte no desean dedicarse a los programas de" vaso de leche" o "comedores populares", lo hacen porque no pueden ir a trabajar, porque nadie cuidaría de sus hijos. En un evento sobre la problemática de la mujer a la que tuve la ocasión de poder asistir hace unas semanas, escuché con asombro y alegría, que las mujeres de las organizaciones de base reclamaban porque se crearan centros de cuidado para sus hijos, para que ellas pudieran ir a trabajar, porque "no queremos más limosnas", como los comedores y los programas de vaso de leche.
Las mujeres avanzamos. El discurso académico celebrado en las universidades y retomado por muchas ONGs. en cambio pretende sorprendernos con "novedosos" discursos que nos devuelvan al pasado.

Esto debe llevarnos a pensar sobre la validez de los discursos académicos más recientes, que no necesariamente son retomados por las universidades y las organizaciones sociales, porque signifiquen un progreso en el conocimiento o para la sociedad, sino que responden a intereses ajenos a los intereses de las mayorías, y también, ajenos a los intereses del desarrollo del pensamiento racional.

 

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Café Filosófico No. 465

 

 [i] O'NEILL, Onora, LA CALIDAD DE VIDA (compiladores, Amartya Sen y Martha Nussbaum, Méjico: F.C.E., 1998, p.422